El gobierno del Partido Popular, su ministro de Educación, ha cambiado el temario de las oposiciones docentes de noviembre de 2011, volviendo al temario del 96. La medida ha originado cierta polvareda en el mundo educativo, especialmente en los opositores, y, también, ha tenido sus repercusiones políticas y mediáticas.
Veamos algunas consideraciones y consecuencias. La decisión del ministro Wert es un ejemplo más de la falta de consenso político en materia de educación entre los dos grandes partidos PSOE y PP. El temario fue cambiado en noviembre de 2011 por el ministro socialista, Gabilondo, cuando éste estaba en los rescoldos de su etapa de gobierno y a las puertas de unas elecciones generales que las tenían perdidas de antemano. ¿Pidió opinión a los populares? El PP, conocido el caso, no dijo nada, ¿no tenían opinión sobre el tema? Por estas fechas se hablaba de cambiar el Real Decreto que regulaba el acceso a la función pública docente. Se sopesó la idea, se confeccionaron borradores y se decidió continuar con el RD 276/2007, ¿para qué cambiar en un momento de cambio político? Sabia decisión, ¿por qué no se hizo lo mismo con el temario?
Cualquier especialidad de secundaria tiene un temario de más de 60 temas además de los complementos didácticos. En unos meses es imposible preparar el temario completo con un mínimo de garantías, por lo que casi todos los opositores, por no decir todos, llevan trabajando con el temario ahora “rehabilitado” desde hace bastante tiempo, años incluso. El temario de noviembre de 2011 sólo lleva en vigor poco más de 2 meses, lo que provocó, en la mayoría de los casos, que los opositores adaptaran los temas antiguos al temario de noviembre ante la convocatoria de las oposiciones; lo cierto es que el temario ahora vigente no es desconocido para los opositores, ya que ha sido su “libro de cabecera” desde hace mucho tiempo. También conviene recordar que, en Andalucía, aún no se han convocado aún las oposiciones y que, cuando se hizo pública la oferta de empleo público docente, muchas especialidades no ofertaron plazas con el consiguiente desencanto y frustración de los opositores que llevaban ya un tiempo preparándose.
La realidad es que es más el ruido que las nueces. Ahora bien, tenemos que exigir a nuestros políticos que la Educación de un país, en sus aspectos generales, no debe estar en la primera línea de la confrontación política. Tanto temarios como forma de acceso a la función pública docente deben ser fruto del consenso, tener una vigencia estable y no tener a la gente sumida en la incertidumbre. ¡Dura vida la del opositor!
Para saber más:
Pero en algunos casos, como en Geografía e historia, los nuevos temarios recogen muchos temas de hoy como la crisis económica, el papel de China, la nueva UE, España en el siglo XXI y además los temarios por epígrafes ayudan mucho y lo digo desde mi experiencia de presidente de tribunal en 2008
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