Estamos en la época del año típica en oposiciones docentes. Llegado el mes de junio, con los primeros calores del estío, las Administraciones Públicas suelen convocar oposiciones de primaria y secundaria. Este año, Andalucía y otras comunidades han convocado oposiciones de primaria. Serán las últimas de la transitorias de la LOE. El modelo de los últimos años está dando las últimas bocanadas, más bien los últimos opositores.
La Administración ya ha puesto sobre la mesa el nuevo modelo (existe un borrador del decreto), donde se diseña el próximo concurso-oposición, que está recibiendo las correspondientes alegaciones de los distintos interlocutores. Empieza el nuevo modelo con 2 pruebas. La 1ª dividida en dos partes escritas: una con 10 o 15 preguntas sobre el temario. La 2ª, más práctica, con pruebas o ejercicios. En cada una hay que obtener un mínimo de 2,5 puntos sobre 5 y la puntuación total será la suma de ambas partes. La 2ª será oral sobre 3 opciones. Se permite material en la preparación. Se valora sobre 10 y será necesario un 5 para aprobar. La puntuación definitiva será la media aritmética entre estas dos pruebas, teniendo que ser igual o superior a 5.
La valoración de los méritos tiene algunas novedades. La puntuación máxima es de 3 puntos. El trabajo previo valora más los primeros años. El expediente académico también tiene su reconocimiento, así como otras titulaciones. Los típicos cursillos dejan de ser valorados.
La fase de prácticas es, quizás, la parte más novedosa y la que ha llamado la atención de los medios de comunicación. La principal novedad estriba en que, después del año de prácticas y el correspondiente informe evaluador de la comisión, hay que hacer una prueba final, un examen oral con dos partes: una sobre la memoria que se habrá elaborado y otra sobre un supuesto práctico. La prueba se valora de 0 a 10 y hay que obtener un 5 como mínimo. Las prácticas se pueden repetir por una sola vez.
Y como no había suficiente incertidumbre, llega Rubalcaba, perdón Alfredo, vicepresidente del Gobierno, ministro de Interior y candidato socialista (algo así como la Santísima Trinidad, o por utilizar una expresión más laica, como un triunvirato en una sola persona) y propone un MIR como el de los médicos para los docentes. Cómo funciona este sistema. El MIR médico es un examen memorístico y teórico, que viene después de 6 años de carrera, que a lo que te posibilita , en función de la nota, es a elegir centro hospitalario y especialidad, otros 4 o 5 años. Después, vendrán interinidades, sustituciones, medicina privada y, con suerte, aprobar alguna oposición que se convoque para tener un puesto de trabajo estable.
La propuesta de Rubalcaba es inconcreta, como un disparo al aire, sin diana. El disparo que se hace para espantar a los moscones o llamar la atención de forma sorpresiva. Por qué en lugar de buscar el titular de presa, efímero como el humo, no elabora un documento base y lo presenta en público. El tema no es baladí. O por qué, en calidad de vicepresidente del Gobierno, no le encarga al titular del ministerio de Educación un proyecto de decreto donde se explique tan brillante ocurrencia.
La Educación no está para juegos. Más seriedad.
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