NO AL SENADO

El próximo domingo, 20 de noviembre, tenemos elecciones generales. Posiblemente, nunca han sido tan necesarias unas elecciones. Y, por supuesto, un cambio de gobierno, un golpe de timón en el gobierno de España. Si no hubiera elecciones, Rodríguez Zapatero correría la misma suerte que Berlusconi en Italia y Papandreu en Grecia; es decir, los grandes de Europa le hubieran obligado a presentar la dimisión, echado a la calle. Todo provocado por una nefasta gestión de la crisis económica que nos azota, con consecuencias duras y difíciles para la gran clase media: empleados despedidos, jubilados congelados, funcionarios rebajados, empresas con expedientes de regulación, pequeños y medianos negocios cerrado, etc. Vaya, un panorama con parados por doquier; además, con pérdida de derechos sociales y laborales difícilmente recuperables.
Casi todos estamos afectados, menos la clase política y sus estructuras. Algunas decimonónicas y de atávica utilidad en una sociedad altamente desarrollada en las tecnologías de la comunicación. Hablo de las Diputaciones provinciales y, sobre todo, de su estructura política.
Pero, si hablamos del Senado no digamos ya. 260 señoras y señores que no hacen nada y cuando lo hacen pueden ser corregidos por el Congreso. Su papel territorial ni armoniza las disposiciones de las Comunidades, ni defiende el interés general. Cuando no es el Congreso, la Comunidad se lo pasa por el "arco del triunfo". En fin, me propongo no seguir contribuyendo a esta pantomima y voy a votar en blanco para el Senado, por lo menos que quede constancia de mi desacuerdo.

VOTA EN BLANCO AL SENADO