El País publica un reportaje, en el que la UNESCO denuncia la ausencia de medios y la escasa ayuda humanitaria dirigida a estas zonas en conflicto, donde la escuela y la infancia se encuentran en primera línea de fuego.
jueves, 10 de marzo de 2011
LIBROS EN LUGAR DE DISPAROS
Todas las guerras son crueles. Las guerras civiles añaden el componente fraternal a la crueldad. Y las guerras africanas, en estos últimos años, añadieron un nuevo componente a la crueldad: la utilización de los niños como soldados. Muchos niños cambiaron sus uniformes y carteras por cartucheras y kalashnikov. En lugar de ser instruidos en idiomas y ciencias, lo son en disparar y machetear. La vuelta a la normalidad, cuando es posible, es un tortuoso camino de terapia psicológica y provisión de medios materiales.
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