No hay duda. The Wire es, hasta el momento, la mejor serie en la historia de la televisión. Comenzó a emitirse en 2002, en la cadena HBO, durante 5 temporadas hasta 2008. La serie se la podría definir, convencionalmente, como de ficción criminal en la que unos policías persiguen a traficantes de drogas. Pero es algo más. Cada temporada, bajo la tópica fachada de la lucha de “buenos” y “malos”, se encarga de diseccionar con afilado tino distintos temas: la prohibición de las drogas, el declive de los sindicatos y la postindustrialización de una ciudad, la política municipal y sus entresijos, la educación y la vida periodística.
La acción se desarrolla en Baltimore (Maryland), una ciudad portuaria del este de los EE.UU. y fue escrita por David Simon y Ed Burns. Simon había sido periodista del Baltimore Sun y Burns policía de la ciudad y maestro. Unos perfectos conocedores de la realidad social y económica de la ciudad, aunque lo tratado podría ocurrir en cualquier ciudad de características similares a ambos lados del Atlántico y otros mares. Dicen que en España la ciudad más parecida sería ¿Valencia?
El éxito le llegó tarde a la serie. No obtuvo premios televisivos de renombre, pero es estudiada en las Universidades de Harvard y Berkeley. Además, Obama se declaró ferviente admirador de la misma, eligiendo al personaje de Omar (un justiciero de la droga, un Robin Hood de los suburbios) como su preferido. Cuando se proyectó, las cuotas de audiencia no fueron muy altas, las críticas tampoco le acompañaron al principio; pero conforme fue avanzando se consolidó, mejorando la críticas y ya, en formato DVD, el éxito es arrollador y no cabe la discusión. Un hito catódico en la historia de la televisión.
En próximas entradas hablaremos, con más detalle, de los ingredientes de The Wire. No dejes de verla. ¡Ya te digo!
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