Silvio Berlusconi, Primer Ministro italiano, va a ser juzgado en breve por cohecho y prostitución de menores. Se le puede caer el pelo. Bueno, ya se le cayó, pero se lo replantaron y se le va a volver a caer. Italia es un país singular en lo político. La democracia les llegó después de la II Guerra Mundial. Solía ganar las elecciones el Partido Comunista, pero nunca llegó a gobernar. Se formaba una amalgama de partidos con el único propósito de impedírselo. Sus políticos se vieron envueltos en asuntos turbios y corruptelas, incluso algunos untados por la mafia. ¿Se acuerdan de Bettino Craxi, un socialista que tuvo que huir de Italia? ¿Y de Guilio Andreotti, político democristiano con relaciones mafiosas? Redescubren la democracia y caen en manos de Berlusconi, un archimillonario, presumido y chuleta. Lleva 18 años en el poder. Envuelto en numerosos escándalos, siempre ha salido airoso y nunca ha sido juzgado. Con la apertura televisiva, nos trajo las “mama chicho” a España y, en la actualidad, es dueño de Tele5 y sus canales satélites, incluida la Cuatro. Pero, ahora, un caprichito de 17 años, que se le cruzó en la bragueta, le puede costar el pellejo. Tres juezas lo están esperando con las uñas afiladas. Ya era hora. ¿Se librará? Ojalá que no.
Triste noticia aparecía en el diario El Mundo el día 15, martes. Se calcula que 17.000 personas han fallecido esperando el maná de la Ley de Dependencia. Personas necesitas de ayuda y de comprensión. El dato se refiere a Cataluña, pero si lo extrapolamos a los actuales virreinatos españoles la cifra sería escandalosa, trágica más bien. Estaríamos hablando de cerca de cien mil personas. Como siempre, los políticos se echan la culpa unos a otros, como quitándose la mosca de encima: que si fue el otro, el anterior, el de Madrid o el del Ayuntamiento. En definitiva, una ley sin medios no es una buena ley, aunque tenga buenas intenciones. Y los políticos peores. Leer más.
La rebelión iniciada en Túnez y Egipto se extiende como la marabunta. En estos países ya han caído sus presidentes. Por cierto, como algo anecdótico, ambos pertenecían a la Internacional Socialista, al igual que nuestro PSOE. En Libia, Yemen, Barhéin e Irán, las revueltas ya han comenzado. Han causado decenas de muertos, al menos lo conocido hasta ahora. El mundo árabe está regido por regímenes poco democráticos, más bien autocráticos y teocráticos. Incluso, cuando ha habido alguna revolución en el pasado, como es el caso de Irán en 1979, el cambio supuso una clara regresión, sustituyendo el régimen del Sha, Reza Pahlevi, por el del Ayatolá, Jomeini. Sólo dos países conjugan Islam y Democracia: Turquía e Indonesia. Turquía, un país muy próximo a Europa en muchos aspectos, incluido el geográfico. Inició su andadura democrática allá por el 1923 de la mano de Ataturk, tras la caída del imperio otomano en la I Guerra Mundial. Indonesia es un caso totalmente distinto. Un país insular con más de 200 millones de personas situado en el sudeste asiático. Tras la caída de Suharto en 1998 y las importantes reformas políticas posteriores, dieron paso a un régimen democrático que en 2004 elegía a su nuevo presidente. Nos queda la esperanza de que 2011 suponga para el mundo árabe y el Islam lo mismo que supuso el 1989 para los países comunistas del este de Europa: la libertad, simbolizada en la caída de muro que dividía Berlín.
La semana comenzaba con la retirada de Ronaldo “El Fenómeno”, 34 años, un goleador nato, de los mejores delanteros de las últimas décadas. Junto con las secuelas de sus graves lesiones, el hipotiroidismo le ha obligado a poner punto y final a su carrera como futbolista. Jugó en los mejores equipos de Europa: PSV holandés, Ínter y Milán en Italia y Barcelona y Real Madrid en España. Con todos ganó títulos y se hartó de marcar goles; también, ganó dos mundiales con Brasil; sólo le quedó por ganar la Copa de Europa con alguno de los equipos europeos en los que militó. En su etapa de madridista, además de jugar al fútbol, se hizo famoso por sus juergas nocturnas y vida disoluta. Dice Vicente del Bosque, entrenador suyo en el Madrid, “más inteligente de lo que muchos creen y un buen compañero”. Podría haber sido todavía más grande.
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